Yo soy yo, Tú eres tú.
Lo que fuimos el uno para el otro , aún lo somos.
Dame el nombre que siempre me diste.
Háblame como siempre me hablaste.
No cambies el tono a uno triste o solomne.
Sigue riendo con aquello que nos hacía reir juntos.
que mi nombre se pronuncie en casa
como siempre se pronunció.
Sin ningún énfasis, sin ningún rastro de sombra.
Sigue siendo lo que era. El cordón de unión no se ha roto.
San Agustín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario